La fiebre de Intensamente 2

Por: Erwin Cuevas

Para todos los amantes de la cultura pop tenemos esta semana para ustedes una breve reseña de esta controversial película de Disney Pixar, una de las películas más esperadas por los niños, por las familias, pero también por un amplio número de jóvenes que aceptaron la primera parte como una manera tangible de entender las emociones: Intensamente 2.

Vuelven las emociones a la pantalla grande con nuevos compañeros que hacen entender una nueva faceta de la mente humana de una preadolescente de doce años. Lo cual hace entender ahora que la madurez de Riley necesita de emociones más complejas para llevar su tarea del día a día.

En esta segunda entrega se tocan más emociones, que no necesariamente muestran una complejidad psicológica una a una, sino la trama trata de una nueva etapa en la vida de Riley como la entrada a la adolescencia, al mismo tiempo que se entera de un nuevo cambio en su vida el cual toma con mayor madurez a diferencia de la primera película, lo cual nos demuestra que nuestra protagonista es una persona que aprende de sus errores y al mismo tiempo sabe manejar nuevas situaciones con una mayor calma.

Sin embargo, eso no significa que nuestra protagonista sepa manejar todas las situaciones que la vida le pueda poner en frente. A diferencia de la primera película, esta no se centra en las islas de la personalidad sino en la identidad que se forja día a día en nuestras decisiones.

Riley se encamina a una concentración de hookey por el verano, mientras que el mismo día del viaje llegan nuevas emociones y una reestructuración en su mente por la llegada de la adolescencia a su vida, emociones que son nuevas para ella, como la vergüenza, la envidia, el aburrimiento, pero la más importante es ahora: ansiedad.

¿Recuerdan cuando éramos niños y la ansiedad no se veía o se determinaba con la famosa palabra contemporánea “tóxico”? Pues aquí podemos entender esa ansiedad de Riley. Ansiedad que le es provocada por que no verá más a sus amigas y tiene la encrucijada entre hacer nuevas amigas o cumplir con su campamento con sus viejas amigas. Ese es el preciso momento en que llega ansiedad.

Es una película amigable con los niños y con el público en general, ojalá que en un futuro se exploren más emociones y resuelvan el tema del porqué las emociones que están presentes en Riley no aparecieron en sus padres siendo que como personas adultas tienen emociones mucho más complejas a no ser que se demuestre que la madurez se entienda como ese regreso al origen del pensamiento. Aunque debo decir que Pixar nos dejo algo de ello en los créditos. Y sí tenemos escena post créditos para quien decida quedarse.

Nota: Lo escrito anteriormente no representa la postura del medio, por lo que el autor es responsable de sus palabras.


DBG.

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